Abrir las puertas: el contenido abierto y la universidad
19/04/2007
El acceso al conocimiento es una de las cuestiones claves en el mundo globalizado del siglo XXI. Autores como Jeremy Rifkin han hablado de esta época como una "era del acceso" y existe un movimiento cada vez más fuerte en relación con el software libre y el libre acceso a los contenidos. Las universidades, por su parte, comienzan a proporcionar acceso abierto a material derivado de su actividad investigadora y docente. Desde Universia tratamos de proporcionar información para profundizar en este tema.
¿Por qué contenidos abiertos?
19/04/2007
Democratización en el acceso, universalización y extensión del conocimiento. La mayoría de los defensores de esta tendencia señalan ventajas relativas, sobre todo, a la difusión del trabajo de los docentes universitarios, tanto desde el punto de vista académico como del investigador.
En el primer caso, la iniciativa probablemente más conocida es la iniciada por el MIT, de la que ya hemos hablado: el acceso libre a contenidos educativos relacionados con las asignaturas impartidas en la universidad y directamente puestos a disposición de los usuarios por los profesores que las imparten posibilita no sólo el poder analizar si nos interesa esa asignatura o preparar mejor el examen si somos estudiantes de esa institución.
También facilita el acceso al conocimiento de personas no vinculadas directamente con la universidad y, lo que puede ser más importante, permite que se inicie un intercambio de ideas que puede ayudar a mejorar y completar el contenido, además de darle otros usos pedagógicos complementarios a aquel con el que fue inicialmente diseñado.
En lo referente a la actividad investigadora, Jordi Prats y Jordi Serrano, investigadores de la UOC y de la Universitat Politècnica de Catalunya, respectivamente; apuntan en su artículo “Repertorios abiertos: el libre acceso a los contenidos” (ver Fuentes de Información y referencia) que el colocar los contenidos en libre acceso en la red garantiza que el trabajo de los investigadores va a llegar más rápido a sus colegas, además de permitir un sistema de valoración que se sale de los cauces de “autoridad” tradicionales, como el peer review y la publicación en revistas científicas.
John Willinsky, profesor de la University of British Columbia y autor del libro The Access Principle: The Case for Open Access to Research and scholarship, publicado por MIT Press en 2005, también señaló algo parecido en declaraciones a la publicación online Inside Higher Ed (ver Fuentes de Información y referencia) a finales de ese año. Para Willinsky, la “rapidez” de difusión conseguida mediante este método provocará el paso progresivo de las publicaciones impresas a los online journal, que se convertirán en la nueva forma de publicar los hallazgos científicos.
El documento “Open Educational Resources: Opportunities and Challenges” de Jan Hylén (OCDE) (verFuentes de Información y referencia) analiza los motivos por los que las instituciones se deciden a abrir el camino a los contenidos educativos abiertos. Además de la ya citada rapidez de distribución del trabajo científico, se añaden razones relacionadas con el “ahorro de costes en el desarrollo del contenido y un mejor uso de los recursos disponibles”, la búsqueda de nuevos modelos de negocio y el deber de compartir el conocimiento.
Esta importancia social de los OERs, que se enlaza con la responsabilidad de la universidad como agente promotor y transmisor del conocimiento, se señala por muchos de los teóricos, al mismo tiempo que se añaden razones ligadas a la publicidad de la institución o, como señala el documento de la OCDE, a las “relaciones públicas”.
En este sentido, David Wiley afirmaba en declaraciones a la Universitat Oberta de Catalunya en enero de este año (ver Fuentes de Información y referencia) que los contenidos abiertos actúan comoestímulo de la competencia entre las instituciones de educación superior, ya que los usuarios pueden acceder a los contenidos de los diversos cursos y asignaturas y valorarlos. A este respecto, el profesor Pernías se muestra de acuerdo con Wiley, y señala que es paradójico que estos procesos estimulen la competencia “porque de lo que se trata es de mostrar los “secretos” de los procesos propios para demostrar que se es el mejor”.
Sin embargo, el profesor Pedro Pernías matiza respecto al caso español:
[…] Hay que tener en cuenta que en España no existe una competencia real al “estilo americano” entre las universidades, por lo que el concepto de competencia que Wiley maneja puede ajustarse a nuestra realidad de otra manera. Lo que es indudable es que todas y cada una de las universidades españolas se encuentran embarcadas en procesos de búsqueda de la excelencia y de mejora de la calidad educativa. En esa tarea, como lo es en el desarrollo del conocimiento científico, la exposición de los logros propios, la búsqueda de socios interesantes y la colaboración entre académicos logra resultados que son mayores que la suma de las partes.
En la misma línea optimista se expresaba en septiembre de 2006 Susan d’Antoni, directora de la Universidad Virtual de la UNESCO, que diferenciaba en entrevista a la UOC (ver Fuentes de Información y referencia) “los beneficios para los estudiantes de los beneficios para los profesores”. La posibilidad de autodidactismo, para los primeros, y la visibilidad, para los segundos, son algunas de las ventajas que se citan en relación a esta nueva forma de distribuir conocimiento.
Esta corriente de buena voluntad respecto a las posibilidades de esta nueva forma de difundir el conocimiento también tiene sus detractores. En el caso de los resultados de la investigación científica, el open access puede suponer enfrentarse a una forma nueva de distribución que puede dar por finalizado el monopolio de las publicaciones científicas tradicionales como método de evaluación de los estudios.
Un ejemplo de los posibles conflictos originados por ello era recogido por Alicia López Medina el 27 de enero de este año en el weblog Open Access. Medina mencionaba que la Asociación de Editores Norteamericanos realizará una campaña contra el acceso abierto a la publicación científica y promoverá el método tradicional de peer review llevado a cabo por las revistas científicas.
En otros ámbitos, la publicación de contenidos educativos abiertos puede conllevar miedo a perder derechos sobre los contenidos publicados y reticencias ante otras cuestiones. Esta es una de las conclusiones alcanzadas por el informe preliminar sobre recursos educativos abiertos publicado por el grupo de trabajo de la OCDE capitaneado por Jan Hylén.
La desinformación sobre cuestiones legales se presenta entonces como una de las barreras más importantes para el desarrollo de los OER. Cuando le preguntamos sobre la importancia de este obstáculo, Pedro Pernías opina:
Los problemas legales que conlleva la reutilización de materiales educativos han sido uno de los principales obstáculos que ha impedido, hasta la fecha, dar carta de “existencia oficial” a algo que ya estaba ocurriendo “de facto”,y que es que muchos profesores comparten sus materiales sin mayores problemas. Hasta ahora, este acto desinteresado se hacía casi de manera solapada y sin aspiraciones de llegar demasiado lejos. El miedo a que no se autorice un material educativo por incluir partes no propias o a que el material sea utilizado por terceros de manera descontrolada por sus autores, llevaba a que el acto de compartir fuese tímido.
Pero los docentes ya tienen maneras legales de hacer lo que aquí se ha dicho [compartir recursos educativos] y de proteger su autoría en la misma medida en que está protegido un articulo científico publicado en una revista. Las licencias Creative Commons son un ejemplo de cómo proceder. Precisamente por ello, estudiamos el problema en contenidos-abiertos.org, tratamos de explicarlo en términos sencillos para los docentes y llegamos a conclusiones que pueden leerse allí.
La referencia a Creative Commons es fundamental para entender un poco más el mundo de los contenidos educativos abiertos, ya que suponen un arma legal para proteger al autor y permitir el uso responsable de los materiales publicados.
Creative Commons comenzó a desarrollar su nuevo modelo de licencia a principios de la década, al tiempo que MIT anunciaba su proyecto OpenCourseWare. Las licencias Creative Commons son las más utilizadas para proteger este tipo de contenidos abiertos. El autor de un contenido puede elegir entre diversos tipos de licencias con diversos grados de reserva de derechos. Así, el autor conserva unos derechos sobre su trabajo y concede otros, de tal modo que se establece una relación más flexible entre usuario y creador. Por lo general, se puede copiar, modificar y redistribuir el original siempre y cuando no se pretenda un beneficio comercial y se cite la fuente de procedencia.
Tomado de la Url:
Lo más importante que hay que recalcar es que los contenidos abiertos para la educación son los que más se acomodan con las licencias Creative Commons ya que es el tipo de licencia creado para entender el mundo de los contenidos digitales educativos.
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